Ponencia

Biopolítica de la investigación biomédica y su relación con el transhumanismo/posthumanismo*

Jaime Escobar Triana **
Universidad El Bosque, Colombia

Biopolítica de la investigación biomédica y su relación con el transhumanismo/posthumanismo*

Revista Colombiana de Bioética, vol. 10, núm. 2, 2015

Universidad El Bosque

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Recepción: 24 Agosto 2015

Aprobación: 09 Diciembre 2015

Varias especies de homínidos habitaron la tierra por millones de años, hasta hace unos 10.000 años. Entre otros estaba el Homo rudolfensis, el Homo ergaster - hombre trabajador, y finalmente el actual Homo Sapiens Sapiens[1] quien eliminó al Homo Neanderthalis y primó como Homo Cromañón durante los últimos diez mil años, y especialmente se impuso por medio de su lenguaje único para dominar el mundo. Sus limitaciones biológicas lo han acompañado en este camino evolutivo. Sin embargo, en los finales del siglo XX y comienzos del XXI, la evolución es tomada por sus propias manos, bajo su responsabilidad, reemplazando la selección natural.

INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA

Por medio de la ciencia y la tecnología y en especial por la investigación biomédica, a partir de 1865 (Claude Bernard) con el Tratado de Medicina Experimental, la medicina toma como ciencia básica la biología e inicia un nuevo paradigma: la biomedicina predominante en la actualidad.

Los exitosos resultados de la investigación biomédica permiten modificar el comienzo, el transcurso y el final de la vida humana, mediante nuevas tecnologías como la fecundación in vitro, trasplantes de órganos, hitos como la separación de la reproducción sexual y la sexualidad, descubrimiento del ADN y el ARN por medio de los cuales se explican mecanismos de la evolución biológica y las causas de algunas enfermedades. La ingeniería biomédica introduce genes en organismos vivientes y los modifica, a comienzos del siglo XX. Su auge se inicia en los años setenta con la biología molecular (técnicas aplicadas a lo vivo) y se llegó al proyecto genoma humano[2] .

Todas estas investigaciones biotecnológicas se justifican como búsqueda de medios terapéuticos, pero surge luego la posibilidad de utilizarlas en el mejoramiento (enhancement) de las condiciones del ser humano, con el interrogante acerca de sus límites entre lo estrictamente terapéutico y el mejoramiento.

BIOPOLÍTICA

Intervienen sobre la base de los avances biotecnológicos la cultura consumista y la comercialización del cuerpo humano y, de este, como vehículo de consumo[3] y la impolítica, el cuerpo como ítem estadístico[4]. El cuerpo humano se convierte en una tecnología y su límite se hace borroso con los animales y las máquinas. Surge la ingeniería genética, la fecundación in vitro, los trasplantes de órganos, los cíborgs, fyborgs, enhancement, la medicina del deseo y la medicina de conveniencia. La tecnología se convierte en la esencia de la medicina, evaluada e informada por expertos tecnólogos equivalente a «biotecnologías aplicadas al ser humano»[5].

La biopolítica la plantea Foucault cuando sostiene que la existencia biológica se refleja en la existencia política[6] con dos polos, uno el cuerpo como una máquina en la anatomopolítica del cuerpo humano, y otro centrado en el cuerpo de la especie como biopolítica de la población[7].

Para la sociedad capitalista lo más importante es la biopolítica; el cuerpo humano es una realidad biopolítica y la medicina una estrategia biopolítica (medicina social)[8]. Los problemas sociales se ven como problemas médicos. La medicina interviene los cuerpos de las personas, sin embargo, no se abordan los problemas sociales como la desigualdad y la pobreza, que generan enfermedades, y que son competencia del Estado. Se implanta la medicalización de la vida, la sociedad y la salud.

La Biopolítica trasciende lo molecular y trata la administración del cuerpo visible a nivel molecular. Las tecnologías de optimización tratan, entre otras cosas, de mejorar la memoria, como la llamada jocosamente «viagra para el cerebro». Surgen especialistas en la vida en sí, y la biopolítica se transforma, entonces, en bioeconomía como un ámbito gobernable y gobernado, esta vez, por el mercado[9]. Aparece la bioeconomía como capitalización de la vitalidad mientras que la bioética, por su parte, se sustenta en los comités de investigación y comisiones de bioética.

TRANS/POSTHUMANISMO

Las cuestiones ética y filosofía fundamentales se relacionan con la naturaleza, el estatus y el papel de la medicina hoy, su transformación profunda y rápida por el efecto del progreso de las tecnociencias, en especial de las biotecnologías, tales como la medicina de conveniencia, la medicina del deseo, la medicina predictiva, la medicina deportiva o aún la demanda de eutanasia. En cada una se desafía tanto a la medicina, como al médico a transgredir el rol tradicional del tratamiento del enfermo y la administración de cuidados.

Por medio de las tecnologías, especialmente la biotecnología, se ha llegado a la antropoplastia y a las modificaciones del cuerpo humano con las aplicaciones de dispositivos como prótesis, marcapasos, lentes intraoculares, implantes cocleares, y otros más. Somos cada vez menos naturales y nos encaminamos hacia el mejoramiento de nuestras capacidades físicas, psíquicas, intelectuales y cognitivas, adentrándonos en un transhumanismo como preludio a un posthumanismo. Se amplía la preocupación por la producción social de la vida, su evolución y su futuro en la sociedad tecnocientífica. Se da paso a propuestas poshumanas provenientes de mundos clónicos, biónicos o digitales, y cuerpos perfeccionados.

El transhumanismo es «un movimiento filosófico de transición hacia un estado posterior de evolución de la especie humana que es buscado deliberadamente»[10]. El primer informe sobre el transhumanismo lo constituye la propuesta de Estados Unidos en el año 2002 que identifica una serie de tecnologías que las reúne en torno al concepto de convergencia para mejorar el rendimiento humano: Nanotecnología, Biotecnología, Informática, Tecnología y Ciencia Cognitiva (CTNBIC). Se busca la convergencia de las diversas tecnologías sobre la unidad material a escala nanotécnica y sobre la integración de las tecnologías a partir de esta escala[11].

A esto se opuso la Unión Europea inicialmente en el 2004; pero en el 2009, un nuevo informe del parlamento europeo denominado «mejoramiento humano», bajo la unidad STOA Science and Techology Options Assesment, da fe pública del nacimiento del transhumanismo. Este informe amplía la noción de tecnologías convergentes CT-NBIC y agrega las Ciencias Humanas y la Filosofía. Todas las ciencias y las técnicas son invitadas a apoyarse en una posición política en favor del transhumanismo.

Esta propuesta borra en parte la oposición entre terapia y mejoramiento, adopta una noción de mejoramiento humano, que incluye lo no terapéutico y ciertas medidas terapéuticas. El mejoramiento es un derecho y un deber moral según Harris, puesto que busca mejorar las capacidades de los seres humanos, con lo cual concuerdan autores como Bostrom, Savulesco y, de otro lado, se oponen Habermas, Kass y Fukuyama[12].

El transhumanismo es un movimiento filosófico y cultural preocupado por promover modalidades responsables de utilización de las tecnologías, con miras a mejorar las capacidades humanas y a acrecentar la extensión del florecimiento humano, según la Declaración transhumanista y FAQ (Frequently Asked Questions) propuesta por uno de sus líderes, Bostrom.

Para Hottois[13], las raíces del transhumanismo son múltiples pero menciona solo cuatro: primera, la historia y la prehistoria que sostienen que el transhumanismo se ha basado en el pensamiento moderno del progreso del iluminismo europeo. En palabras de Goffi[14], el transhumanismo supera al iluminismo clásico por nuevos modos de subjetivación y medios tecnológicos, cuyos representantes son Haraway y Sloterdijk. Segunda raíz es la evolución de las ciencias y de las técnicas biomédicas, cada vez más al interior del paradigma terapéutico. Tercera, las tecnociencias cibernéticas e informáticas, robótica, inteligencia artificial, esta con tendencias posthumanistas. Y, por último, la raíz de la ciencia ficción.

El progreso, el perfeccionamiento indefinido de la especie humana relacionado con las ciencias y las técnicas de lo vivo —especialmente la medicina— son las que deberán permitir liberar las limitaciones impuestas por la organización natural del cuerpo, históricamente señalado por Condorcet.

En estas condiciones, un transhumanismo es a la vez un humanismo en transición, un puente entre lo humano y lo posthumano. También un ser humano que busca trascender su humanidad que representa la obra inmemorial de la evolución biológica y se preocupa por realizar nuevas posibilidades. La naturaleza humana aparece como una obra inacabada.

Esquematizando, se distinguen dos maneras de realizar este programa: la vía informáticarobótica y la vía biológica según Kürzweil. La especie humana siempre ha sido una especie técnica y por medio de la tecnología llegará a un destino posthumano. Las posibilidades de la tecnociencia desde la ingeniería genética a la inteligencia artificial pueden transformar la condición humana[15].

El transhumanismo nos llevaría al poshumanismo, tiene la ambición de interrogar las tecnologías con pretensión de mejorar y prolongar la vida de los individuos y de la especie humana, según Besnier[16]. Podría transformarse en una nueva especie y ser el fin del homo sapiens que somos. Entonces, la evolución queda en nuestras manos.

La investigación biomédica conduce a una transformación tal del viviente humano que lo lleva por los senderos de superación de lo que la vida es. Resultan varias posibilidades que se evidencian y se vislumbran hoy y avivan el debate acerca del futuro humano[17].

¿Hacia una nueva especie humana?

En los últimos 2,2 millones de años varias especies humanas han aparecido y desaparecido, aproximadamente cada 200.000 años. Como vimos, el mejoramiento (enhancement) tecnológico del cuerpo y demás capacidades humanas permanece englobado en el paradigma biomédico. Los dispositivos tecnológicos son empleados cotidianamente por la medicina. Así nos reencontramos con la propuesta de la medicina como ciencia, que continúa su exitoso tránsito pero que deja a su vez una estela de cuestionamientos éticos, morales y culturales que debe enfrentar la bioética.

Bibliografía

BESNIER, J. «Posthumain». En HOTTOIS, G.; MISSA, J. & PERBAL, L. (Edits.), Encyclopedie du trans/ posthumanisme. L’humain et ses presfixes. París: Vrin., 2015.

FOUCAULT, M. (2005). Historia de la Sexualidad. Madrid: Siglo XXI.

FOUCAULT, M. Defender la Sociedad. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2000.

FRIPPIAT, L. «Transhumanismo». En HOTTOIS, G.; MISSA, J. & PERBAL, L. (Edits.) París: Vrin., 2015.

GOFFI, J. «Transhumanismo». En HOTTOIS, G.; MISSA, J. & L. PERBAL (Edits.), Encyclopedie du trans/posthumanisme. L’ humain et ses prefixes. París: Vrin., 2015.

HARARI, N. De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Bogotá: Debate. 2015.

HOTTOIS, G. ¿Qué es la Bioética? Bogotá: VrinUniversidad El Bosque, 2007.

HOTTOIS, G. «Humanismo, Transhumanismo, Posthumanismo». Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 N.° 2. Bogotá: Universidad El Bosque, 2013.

HOTTOIS, G. Le transhumanisme est-il un Humanisme? Bruxelles: Académie Royale de Belgique, 2014.

HOUDELINE, L. Nouvelle Encyclopédie de Bioétique. HOTTOIS, G. & MISSA, J. (Edits.) París: 0 Vrin, 2001.

ROSE, N. Políticas de la Vida. Biomedicina, Poder y Subjetividad en el Siglo XXI. Buenos Aires: Editorial Universitaria., 2012.

SHILLING, C. The Body in Culture, Technology and Society. Londres: Safe, 2005.

Notas

* Esta ponencia fue presentada en el XXI Seminario Internacional de Bioética «Transhumanismo y Posthumanismo», realizado por el Departamento de Bioética de la Universidad El Bosque, Bogotá, Colombia, el 21 y el 22 de agosto de 2015. Documento entregado el 24 de agosto de 2015 y aprobado el 9 de diciembre de 2015.
[1] HARARI, N. De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Bogotá: Debate. 2015, p. 19.
[2] HOUDELINE, L. Nouvelle Encyclopédie de Bioétique. HOTTOIS, G. & MISSA, J. (Edits.) París: Vrin, 2001, p. 145.
[3] SHILLING, C. The Body in Culture, Technology and Society. Londres: Safe, 2005.
[4] Poder para Foucault significa las «estrategias que las tornan efectivas y cuyo dibujo general o cristalización institucional toma forma en los aparatos Estatales, en la formulación de la Ley, en las hegemonías sociales. La condición de posibilidad del poder en todo caso el punto de vista que permite volver inteligente su ejercicio (hasta en sus efectos «periféricos» y que también permite utilizar sus mecanismos como cuadrícula de inteligibilidad del campo social), no debe ser buscado en la existencia primera de un punto central, en un foco único de soberanía del cual irradiarían formas derivadas y descendientes; son los cimientos móviles de las relaciones de fuerzas los que sin cesar inducen, por desigualdad, estados de poder —pero siempre locales e inestables—». FOUCAULT, M. (2005). Historia de la Sexualidad. Madrid: Siglo XXI Editores, p. 97.
[5] «La filosofía médica terapéutica tradicional postula una filosofía de la naturaleza y de la naturaleza humana que encaja cada vez menos con la biomedicina contemporánea cercana “a la ‘biotecnología aplicada al hombre” (como lo dice Jhon Harris); una biomedicina confrontada a deseos individuales y colectivos que no se pueden reducir a la noción de “necesidades naturales” e influenciadas por la filosofía evolucionista neo darwiniana». HOTTOIS, G. ¿Qué es la Bioética? Bogotá: Vrin-Universidad El Bosque, 2007, p.17.
[6] FOUCAULT.Op. Cit., p. 97.
[7] «La medicina es un saber/poder que se aplica a la vez, sobre el cuerpo y sobre la población, sobre el organismo y sobre los procesos biológicos que van a tener en consecuencia efectos disciplinarios y regularizadores». FOUCAULT, M. Defender la Sociedad. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2000, p. 228.
[8] Ibid., p. 228.
[9] ROSE, N. Políticas de la Vida. Biomedicina, Poder y Subjetividad en el Siglo XXI. Buenos Aires: Editorial Universitaria., 2012, pp. 35-99.
[10] FRIPPIAT, L. «Transhumanismo». En HOTTOIS, G.; MISSA, J. & PERBAL, L. (Edits.) París: Vrin., 2015, p. 163.
[11] HOTTOIS, G. Le transhumanisme est-il un Humanisme? Bruxelles: Académie Royale de Belgique, 2014, p. 10.
[12] HOTTOIS, G. «Humanismo, Transhumanismo, Posthumanismo». Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 N. ° 2. Bogotá: Universidad El Bosque, 2013, pp. 167-192.
[13] Ibid., pp. 167- 192.
[14] GOFFI, J. «Transhumanismo». En HOTTOIS, G.; MISSA, J. & L. PERBAL (Edits.), Encyclopedie du trans/posthumanisme. L’ humain et ses prefixes. París: Vrin., 2015, p. 156.
[15] BESNIER, J. «Posthumain». En HOTTOIS, G.; MISSA, J. & PERBAL, L. (Edits.), Encyclopedie du trans/posthumanisme. L’humain et ses presfixes. París: Vrin., 2015, p. 105.
[16] Ibid., p. 105.
[17] ROSE.Op. cit., p. 35-99.

Notas de autor

** Médico (Universidad Nacional de Colombia); Especialista Cirugía General y Coloproctología (Hospital San Marcos de Londres); M. Sc., Filosofía (Universidad Javeriana); M. Sc., Bioética (Universidad de Chile) y Ph. D. Bioética (Universidad El Bosque). Investigador Bioética y Salud (Doctorado en Bioética, Universidad El Bosque).

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