Artículos de investigación

Relación entre la percepción de los conceptos de bioética, ética y moral, del ciudadano común y las definiciones teóricas

Relationship between Common Citizen’s Perception of Bioethical, Ethical, and Moral Concepts and Theoretic Definitions

Relação entre a percepção dos conceitos de bioética, ética e moral, do cidadão comum e as definições teóricas

http://orcid.org/0000-0001-5250-2270 Abdénago Yate Arévalo *
Universidad Manuela Beltrán, Colombia

Relación entre la percepción de los conceptos de bioética, ética y moral, del ciudadano común y las definiciones teóricas

Revista Colombiana de Bioética, vol. 12, núm. 1, 2017

Universidad El Bosque

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Recepción: 04 Mayo 2015

Aprobación: 10 Mayo 2017

Resumen: Debido a la notable separación entre la academia y la vida de las personas del común frente a los conceptos: moral, ética y bioética, se tienen como objetivos identificar la relación entre los conceptos de moral, ética y bioética; identificar la relación que existe entre la teoría y la percepción de las personas del común, jóvenes y adultos sin pertenencia académica a la bioética de la ciudad de Bogotá, Colombia, sobre los conceptos de moral, ética y bioética; e identificar la importancia que tienen los valores vinculados a los conceptos de moral, ética y bioética en el diario vivir de las personas del común, en el rango de jóvenes y adultos sin pertenencia académica a la bioética de la ciudad de Bogotá, Colombia. Se realizó una investigación basada en hermenéutica narrativa y recopilación de información empírica por medio de entrevistas semiestructuradas, que dio como conclusión que lo reflexionado en la academia en torno a los conceptos mencionados se encuentra claramente desligado de la realidad de la cotidianidad, de las personas del común.

Palabras clave: Moral, ética, bioética, percepción común de conceptos, significados teóricos.

Abstract: Due to the notable separation between academia and the life of common people in face of the concepts of morality, ethics, and bioethics, the objectives are to identify the relationship between the concepts of morality, ethics and bioethics; to identify the relationship that exists between theory and the perception of the common people, youths and adults without academic connection to bioethics in the city of Bogota, Colombia, about concepts of morality, ethics, and bioethics; and to identify the importance that the values linked with the concepts of morality, ethics, and bioethics have in the daily life of common people in the range of youth to adults without academic connection to bioethics in the city of Bogota, Colombia. An investigation was performed base on hermeneutic narrative and the gathering of empirical information through semi-structured interviews, which gave as a conclusion that what is reflected in academia around the mentioned concepts is clearly detached from the daily reality of the common people.

Keywords: Morality, ethics, bioethics, common perception of concepts, theoretical meanings.

Resumo: Devido à notável separação entre a academia e a vida das pessoas comuns face aos conceitos: moral, ética e bioética, tem-se como objetivos identificar a relação entre os conceitos de moral, ética e bioética; identificar a relação que existe entre a teoria e apercepção das pessoas comuns, jovens e adultos sem ligação acadêmica com a bioética da cidade de Bogotá, Colômbia. Realizou-se uma pesquisa baseada em narrativa hermenêutica e compilação de informações empíricas, por meio de entrevistas semiestruturadas, em que se concluiu que o que é ensinado na academia sobre os conceitos mencionados se encontra claramente desligado da realidade do cotidiano das pessoas comuns.

Palavras-chave: Moral, ética, bioética, percepção comum de conceitos, significados teóricos.

Introducción

Las discusiones teóricas generalmente son llevadas a cabo por versados en el tema en cuestión, por intelectuales, investigadores, académicos, en fin, por personas que entregan, ya sea por vocación o profesión, su vida a tales discusiones. No obstante, en ocasiones estas reflexiones se encuentran desligadas de las percepciones de las personas del común, del llamado ciudadano de a pie. Los conceptos “moral”, “ética” y “bioética” no son la excepción: se pueden encontrar ejemplos de trabajos que tratan de “resolver de manera sencilla a la pregunta que hace el hombre de la calle, ¿qué es la Bioética y para qué sirve? [...] Transcurridos los escasos 15 minutos todo termina con un ¡qué interesante, yo no tenía ni idea de qué era la Bioética y menos que sirviera para algo!»” (Molina, 2011, pp. 110, 116). No obstante, en estos trabajos, las respuestas encontradas son academicistas, con recorrido altamente teórico, alejado de las realidades vividas por las personas del común, en la que su percepción de los términos se encuentra determinada por su cultura, sus estudios académicos, sus experiencias, o incluso su ignorancia. Así mismo, dichos trabajos reconocen, como lo plantea Nelson Molina, que, como ejemplo, respecto a la bioética, “ni los estudiosos consagrados se han puesto de acuerdo en si es una ciencia, disciplina, filosofía, doctrina, saber, discurso, movimiento, pero de la que todos están de acuerdo en que es al mismo tiempo todas las anteriores, con un punto de mira en común: la bioética debe ser una práctica social centrada en el respeto de la vida a la luz de valores y principios éticos” (Molina, 2011, p. 116).

Por lo anterior, es menester poner en diálogo los saberes académicos con los saberes del común; en este caso, los conceptos de moral, ética y bioética. En línea con este propósito, este artículo presenta una primera parte que permite un acercamiento a los conceptos: moral, ética y bioética a la luz las reflexiones teóricas por parte de expertos. En segundo lugar, presenta los resultados de un estudio de percepción de dichos conceptos en una muestra poblacional. Por último, estas percepciones son contrastadas con las posturas tanto teóricas como de recopilación empírica.

En concordancia, el presente estudio tiene los siguientes objetivos: 1) identificar la relación de los conceptos de moral, ética y bioética entre sí. 2) Identificar la relación que existe entre la teoría y la percepción de las personas del común, en el rango de jóvenes y adultos de la ciudad de Bogotá, Colombia, sin pertenencia académica a la bioética, sobre los conceptos de moral, ética y bioética; y 3) identificar la importancia que tienen los valores vinculados a los conceptos de moral, ética y bioética en el diario vivir de las personas del común en el rango descrito.

1. MÉTODOS

La investigación contó con una revisión teórica sobre los conceptos de moral, ética y bioética. Así mismo, se utilizaron las herramientas de cuestionario autodiligenciado abierto y cerrado cuantitativo, y abierto cualitativo, con el fin de hacer sondeo de opinión. Se basó en una muestra aleatoria de 122 personas, de la ciudad de Bogotá, con promedio de edad de 30,5 años (véase Tabla 1). La muestra estuvo compuesta de 57 hombres (46,72%) y 65 mujeres (53,28%).

Tabla 1
Tabla 1: Datos de edad de la muestra poblacional
Tabla 1: Datos de edad de la muestra poblacional
Fuente: elaborada por el autor

Para el análisis de los datos se utilizó estadística para el uso de frecuencias, absolutas y relativas, promedios y tablas de contingencia, en tanto que permiten hacer análisis de variables cualitativas, con conversión a datos cuantitativos. Así mismo, se utilizó el método de Análisis de Datos Cualitativos (véase Jacoby, Liva & Siminoff, 2008, p. 221), con uso de categorías deductivas e inductivas para el cruce de información y posterior análisis de la información cualitativa.

2. CONCEPTOS TEÓRICOS DE MORAL, ÉTICA Y BIOÉTICA

Las reflexiones teórico-conceptuales de los intelectuales dedicados a la comprensión y al alcance de los términos que son comúnmente usados, a su vez que conflictivos, con tantas entradas analíticas, ponen en evidencia la importancia de hacer claridad sobre los mismos; como se hace evidente en la fundamentación de la bioética propuesta por Gilbert Hottois: “Los “géneros” que, a nuestro parecer, es posible e indispensable distinguir son: la ciencia, la ética, la moral, el derecho y la política” (Hottois, 2007, p. 35). Aquí se ponen en evidencia las relaciones entre la ética, la moral y la bioética como elementos fundamentales en el quehacer de las personas, tanto del común, como de los teóricos, investigadores, intelectuales.

Por tal motivo, en los siguientes cuatro apartes se considerarán los conceptos de moral, ética y bioética, tanto por separado como en su interrelación, en la medida en que la teoría lo permita. Sin embargo, es necesario aclarar que estos son acercamientos hechos por intelectuales, versados en la materia en cuestión, que luego serán contrastados con las percepciones sobre estos conceptos que tienen las personas del común.

Por otro lado, es menester aclarar que, debido a la problemática suscitada con relación a los conceptos moral y ética, derivada de que ciertos planteamientos de corte etimológico presentan a los dos términos como sinónimos, se considerará también su posibilidad de diferencia. Como ejemplo de consideración de los conceptos moral y ética como sinónimos, se encuentra el enfoque de Tom L. Beauchamp y James F. Childress: “El término ética es, sin embargo, tan general que se aplica tanto a la teoría moral como a la ética. (Los términos ética y moral se emplean aquí como sinónimos en cuanto a significado se refiere)” (1999, p. 522). No obstante, como complementariedad plantean:

Teoría ética y filosofía moral son los términos más adecuados para referirnos a la reflexión filosófica sobre la naturaleza y la función de la moral […] La teoría moral, la filosofía moral y la ética filosófica quedan, por tanto, reservadas para las teorías filosóficas, incluyendo la reflexión sobre la moral común. De forma similar, la teología moral, la ética teológica y la ética religiosa quedan reservadas para las reflexiones sobre la moral desde las distintas perspectivas teológicas y religiosas. (Beauhamp & Childress, 1999, p. 3)

Esto último permite entrever la posibilidad de disimilitudes de base que conlleven a declarar la complementariedad de los términos moral y ética más allá de su relación como sinónimos. En palabras de Adela Cortina: “las palabras “ética” y “moral”, en sus respectivos orígenes griego (ethos) y latino (mos), significan prácticamente lo mismo: carácter, costumbre. Por eso está sobradamente justificado que la gente normal y corriente las utilicemos como sinónimos” (1998, pp. 41-42). Ambos términos se refieren a un saber, un conocimiento, que orienta a los seres humanos, a las personas de manera individual o colectiva, para forjarse un buen carácter; sin embargo, como Cortina lo recuerda: “también es verdad que en el lenguaje filosófico distinguimos entre estas dos expresiones –moral y ética-” (1998, p. 42). El primero concepto se usa como parte de la vida cotidiana, y el segundo como reflexión filosófica de la moral: ética o filosofía moral. En este sentido, José Luis Aranguren (1994) las caracteriza de la siguiente manera: moral es la moral vivida; ética es la moral pensada. Quepa aclarar, no obstante, como se hace evidente con Adela Cortina, es posible no diferenciar el concepto ética del concepto filosofía moral, como sí lo hacen Beauchamp y Childress.

En otras palabras, como lo plantea José Ferrater Mora: la moral “se deriva de mos, costumbre, lo mismo que ‘ética’ de ethos y por eso ‘ética’ y ‘moral’ son empleados a veces indistintamente [...] Sin embargo, el término ‘moral’ tiene usualmente una significación más amplia que el vocablo ‘ética’” (1956, p. 232).

2.1 EL CONCEPTO DE MORAL

“Al preguntarnos “qué es la moral”, podemos sentirnos tentados de responder que la moral es una teoría sobre el bien y el mal” (Beuchamp & Childress, 1999, p. 3). A pesar de la anterior afirmación, es evidentemente necesario hacer un primer acercamiento desde la etimología. El concepto moral proviene de la palabra latina mos, que se opone a lo físico, es decir, refiere todo lo correspondiente a las producciones del espíritu subjetivo y a sí mismo (véase Ferrater Mora, 1956, p. 232). De igual manera, Ferrater Mora nos advierte que la moral:

En ocasiones se opone también lo moral a lo intelectual para significar aquello que corresponde al sentimiento y no a la inteligencia o al intelecto. Y, finalmente, lo moral se opone comúnmente a lo inmoral y a lo amoral en cuanto lo que se halla insertado en el orbe ético se opone a lo que se enfrenta con este orbe o permanece indiferente ante él. Lo moral es en tal caso lo que se somete a un valor, en tanto que lo inmoral y lo amoral son, respectivamente, lo que se opone a todo valor y lo que es indiferente al valor. (1956, pp. 232 233)

Es importante notar que lo anterior no responde a la pregunta sobre si se debe o no ser moral, para cuyo caso, Ferrater Mora dice:

se debe ser moral porque es lo justo, lo adecuado, lo conveniente, lo conforme al Bien; o porque es ordenado, o mandado, por alguien o algo, es decir, una persona, una institución, entre otros; o porque es un mandato de Dios; o porque nos produce satisfacción o nos hace felices; o porque es útil para la sociedad; o porque es un mandato de la razón; o porque es un mandato de la conciencia (moral), de la vocación, etc. (1956, pp. 232 233)

En otras palabras, el comportamiento moral remite a un acuerdo social, a “la conducta humana correcta e incorrecta, tan comúnmente aceptada y que ha alcanzado un consenso comunitario establecido” (Beauchamp & Childress, 1999, p. 3). He aquí que surge un tipo de moral que debe ser claramente identificada: la moral común, que “integra las diferentes normas de conducta humana socialmente aprobadas [...] La moral común es una institución social con un código de normas fáciles de aprender” (Beauchamp & Childress, 1999, pp. 3-4). En ella toman partida los agentes morales en tanto seres “cuyas acciones están sujetas a evaluación moral” (Audi, 2004, p. 911). Esta evaluación es lo que se conoce como moralidad, entendida como un sistema que usan los individuos, en el que se conjugan las opciones morales y los juicios morales que guían sus acciones con relación a los otros. Es decir, la moralidad es “el sistema que las personas usan, muchas veces inconscientemente cuando están tratando de hacer opciones morales aceptables […] o cuando tratan de emitir juicios morales sobre sus propias acciones o las de otras personas” (Ferrer & Álvarez, 2005, p. 3). Esto no indica que todo el mundo utilice un sistema moral idéntico en todos sus aspectos. Estos juicios morales son dados por los individuos, desde sus caracteres culturales, lo que lleva a Adela Cortina a plantear que:

La moral entonces es un tipo de saber, encaminado a forjar un buen carácter, que ha formado y forma parte de la vida cotidiana de las personas y de los pueblos. Por eso podemos decir que no la han inventado los filósofos, mientras que la ética, por el contrario, sería filosofía moral, es decir, una reflexión sobre la moral cotidiana hecha por filósofos, que utilizan para ello la jerga propia de la filosofía. (1998, p. 42)

2.2 EL CONCEPTO DE ÉTICA

El concepto ética se deriva de la palabra griega éthos, que hace referencia a las costumbres en el ámbito social:

a las relaciones y las dinámicas colectivas donde el comportamiento, las actitudes y mentes van más allá de los niveles individuales y se entremezclan, se diluyen o yuxtaponen con la sociedad, con la convivencia con el otro, así la existencia de la ética sólo es posible en tanto reconocimiento del otro. (Yate & Giraldo, 2012, p. 123)

La ética, por lo tanto, es una de las maneras de componer, y por ende, configurar, los discursos identitarios (véase Hall, 2003) “necesarios para las relaciones para con uno mismo en tanto la existencia del otro” (Yate & Giraldo, 2012, p. 123). Así, como lo postula Adela Cortina (1989), la ética se refiere a las relaciones, pautas o normas morales determinadas por la sociedad para el desarrollo de sus individuos, y como consecuencia, de su propio desarrollo.

En este sentido, Ernst Tugendhat (2001, p. 27) se pregunta por la diferencia entre la moral y la ética, para lo cual responde que la moral son las costumbres, las relaciones y pautas o normas éticas determinadas por la sociedad. Esto lleva a inferir que:

la ética es la aplicación de normas de comportamiento, conductas y costumbres en la sociedad, y la moral son las normas en sí mismas. Podríamos atrevernos a decir que la ética es consecuencia de la aplicación de la moral en las relaciones sociales. (Yate & Giraldo, 2012, p. 124)

La ética, así vista, sale del dominio de la filosofía y es aplicada por los sujetos en su cotidianidad, y para ello requieren, por lo menos, un mínimo de reflexión. No obstante, de esta manera se podrían tipos de éticas, en tanto su ejercicio de aplicación en la cotidianidad:

la ética impuesta [por la sociedad], autoimpuesta [por el individuo] y aceptada [por el individuo y la sociedad desde los referentes históricos] […] En algunos casos, el reflejo de la ética impuesta es la documentación de las reglas morales, determinadas y legitimadas por la sociedad, por cuyo poder hegemónico crea un documento que se convierte en parámetro y principios rectores de la sociedad, éstas pueden ser llevadas simplemente a códigos éticos o a ley, pero sea como sea son textos a los cuales se acude en el momento de juzgar el comportamiento de las personas. (Yate & Giraldo, 2012, p. 126)

De igual manera, Beauchamp y Childress nos presentan los enfoques de la ética:

[Algunos] enfoques son normativos (es decir, presentan criterios sobre lo que son malas o buenas acciones); otros son descriptivos (es decir, informan sobre lo que la gente cree y cómo actúa), mientras que otros analizan los conceptos y métodos de la ética […] La ética normativa general intenta responder a la pregunta ¿Qué normas generales merecen aceptación moral y sirven para guiar y evaluar la conducta, y por qué razones? […] [La ética práctica] se refiere al uso de teorías y métodos de análisis éticos para examinar problemas, prácticas y líneas de acción morales en distintas áreas… La ética descriptiva, se basa en la investigación de los hechos de la conducta y las creencias morales… la metaética realiza el análisis del lenguaje, los conceptos y los métodos de razonamiento en ética. (1999, pp. 2 3)

En este caso, se ve que la ética más allá de sus tipos, sus enfoques, y tiene una directa relación con la reflexión y el ejercicio de poner en práctica la moral.

2.3 EL CONCEPTO DE BIOÉTICA

El término bioética (Bio-Ethik) aparece por primera vez acuñado por Fritz Jahr en 1927; no obstante, como se evidencia en la literatura, y lo pone de relieve Gilbert Hottois en su libro ¿Qué es la bioética?, este pasó desapercibido, y por lo tanto, “no influenció la historia de la bioética que comenzó en 1970” (2011, p. 89, nota 3), aunque como él mismo lo plantea a continuación “no niego la existencia de una prehistoria que es posible que se remonte hasta la antigüedad”, que no viene al caso.

Así, y en correspondencia con Hottois, se reconoce a Van Rensselaer Potter como la persona que acuñó el término bioética, base de las grandes reflexiones en torno a ello. Potter publicó el artículo “Bioethics, the science of suvival” en 1970, en el que utiliza por primera vez el concepto bioethics, y que luego usa, incluso en el título, en su libro Bioethics, Bridge to the Future publicado en 1971. En este, Potter define la bioética de la siguiente manera:

La bioética, como yo la considero, se esforzaría por engendrar una sabiduría, un saber relacionado con la manera de utilizar el conocimiento para el bien social, sobre la base de un conocimiento realista de la naturaleza biológica del hombre y el mundo biológico. (p. 152)

En otras palabras, Potter (1971) propone la construcción de una nueva disciplina: la bioética, que pone a dialogar a la ciencia y las humanidades, y cuyo fin es establecer la relación entre los valores éticos y los actos biológicos. En palabras de Potter:

Los valores éticos no pueden ser separados de los actos éticos. Tenemos una gran necesidad de una ética global, una ética de la vida salvaje, una ética poblacional, una ética del consumo, una ética urbana, una ética internacional, una ética geriátrica, y muchas otras […] Todo está basado en los valores y las acciones biológicas. 1

En estas palabras, Hottois (2011) reconoce que “la bioética de Potter corresponde a ésta que se nombra hoy en día como “macrobioética”; ella se inquieta por los problemas de la salud humana dados por los desarrollos sociales, culturales y naturales –ecosistémicosglobales” 2 . Una postura que aunque busca el no deterioro medioambiental, solo es consecuencia en tanto afectación al ser humano. En palabras de Hottois:

Este primer uso del término nos remite a una visión positiva del progreso científico y técnico, al mismo tiempo que subraya con coherencia la necesidad de acompañarlo con una reflexión ética que tenga en cuenta, en forma explícita, los valores y la totalidad (la sociedad global y la naturaleza, la biosfera). Potter considera la bioética como interdisciplinaria e ilustrada, lo que se llama, a veces, hoy día la “macrobioética”, cercana a la filosofía y política así como a la ética ambiental o ecoética. 3

Sin embargo, Hottois plantea que “a pesar de esta orientación original, la bioética se desarrollará en los Estados Unidos en proximidad con la ética médica más centrada en el individuo y a propósito de la investigación en los seres humanos” (2007, p. 15). Por ello, podemos encontrar definiciones cercanas a la ética médica como sinónimo de la bioética; es el caso de la definición planteada por Liva Jacoby y Laura A. Siminoff en Advances in bioethics. Empirical methods for bioethics: a primier:

Creemos que el término “bioética” denota una aproximación al significado relativo al estudio de las implicaciones éticas, morales y sociales de la práctica de la medicina en todos los aspectos relacionados con los problemas éticos y sociales generados por la nueva biotécnología y los avances biomédicos. (2008, p. 5) 4

En cualquier caso, en cualquier definición, es evidente que la bioética se constituye como una disciplina a su vez que multi e interdisciplina que tiene “como misión estudiar todos estos problemas y elaborar, si no respuestas, por lo menos procedimientos que permitan aportar respuestas” (Hottois, 2007, p. 24). En este sentido, y consecuente con su afinidad hacia los avances tecnocientíficos biomédicos, Hottois define la bioética en los siguientes términos:

La bioética toma en consideración los problemas con dimensión ética suscitada por la I&D biomédicos: “dimensión ética” significa que estos problemas suscitan preguntas y discusiones relacionados con los valores y/o las normas; “I&D” se refiere a la investigación tecnocientífica y al uso de sus resultados y productos en la sociedad. (2007, pp. 24-25)

Es evidente, como Hottois mismo lo reconoce, que su acercamiento a la bioética es desde un ángulo: la bioética desde las cuestiones asociadas a la ética biomédica. 5

En definitiva, y de manera concisa, Hottois define la bioética como:

un conjunto de investigaciones, de discursos y de prácticas, generalmente pluridisciplinarias y pluralistas, que tienen como objeto aclarar y, si es posible, resolver preguntas de tipo ético suscitadas por la I&D biomédicos y biotecnológicos en el seno de sociedades caracterizadas, en diversos grados, por ser individualistas, multiculturales y evolutivas. (2007, p. 26)

Esta definición, aunque remite a la biotecnología y por tanto a otros campos de acción ética, se encuentra íntimamente relacionada con la ética médica, presentada en el libro Principios de ética biomédica de Beauchamp y Childress. Aunque los autores no usan el término “bioética”, dicen: “nuestro principal objetivo es interpretar principios y desarrollar guías de acción generales que se puedan usar en el terreno biomédico, pero también estudiaremos los motivos morales y el carácter” (1999, p. 2), en la que cobran vital importancia los avances biotecnológicos, o en palabras de Hottois: tecnocientíficos. De igual manera, la Encyclopedia of Bioethics, en su primera edición, define la bioética como la aplicación de la ética tradicional a los problemas legalmente antiguos pero presentes en los aspectos nuevos de los desarrollos de la medicina. “La bioética concierne las “ciencias de la vida”” (Hottois, 2011, p. 88, nota 2). En palabras de Nelson Molina (2011, p. 114), “la Bioética se interesa por todos los aspectos de la vida”, en correspondencia con su etimología, del griego bios y ethos, “ética de la vida”. Potter, por su parte, la define como the science of survival.

Así, la bioética es “definida como una disciplina, una ciencia, una ética, un saber, una multidisciplina […] La bioética es ciencia y más que ciencia. Es una ciencia de la ciencia o de la regulación de la ciencia” (Hottois, 2011, p. 91) 6 ; una ciencia que debe considerar los problemas de la sociedad a escala global (Potter, 1988, p. 2), donde cobra vital importancia el desarrollo natural global, la demografía mundial y el consumo como su estilo de vida. 7 Para ello, Engelhardt insiste en el respeto por el principio de autonomía, y Potter en los valores de justicia, solidaridad, legalidad, así como los derechos y la responsabilidad individual. 8

Así, la bioética se configura desde sus principios como coadyuvante en el respeto por la vida cotidiana (véase Molina, 2011, p. 115), en tanto que establece “un diálogo interdisciplinario para formular, articular y resolver los dilemas que plantea la investigación y la intervención sobre la vida, la salud y el medio ambiente” (Congreso de la República, Ley 1374 de 2010). Una visión sobre nuestra relación global en la que cobran vital importancia los valores morales. Empero, como lo recuerda Adela Cortina:

No quiere decir esto que no sean esenciales los valores estéticos (la belleza, la elegancia), los religiosos (lo sagrado, lo trascendente), los de la salud (la salud, la agilidad), los intelectuales (el conocimiento, la evidencia), o los de la utilidad (lo útil, lo eficaz), sino que son los morales los que parecen estar de actualidad; tal vez porque nos percatamos, con razón, de que desde ellos podremos ordenar los restantes de una forma ajustada a las exigencias de nuestro ser persona, ya que los valores morales actúan como integradores de los demás, no como sustitutos de ellos. (1998, pp. 19-20)

2.4 RELACIONES ENTRE MORAL, ÉTICA Y BIOÉTICA

Aunque en ocasiones “ética” y “moral” sean sinónimos y en otras no, es evidente que no se puede hacer alusión a una sin relación a la otra. De igual forma la bioética no puede comprenderse por fuera de relación con estas, ya que hasta su nombre lo indica. En palabras de Juan Pablo Hernández, durante una conferencia en el Doctorado de Bioética de la Universidad El Bosque en 2014:

Ética: pregunta por cómo debemos actuar en el contexto moral. ¿Qué es lo correcto (moralmente)? Metaética: pregunta por las presuposiciones del pensamiento moral […] Bioética: pregunta ética en contextos específicos como la disponibilidad de nuevas tecnologías, saberes y prácticas, en relación con entidades no-humanas.

Aunque se esté o no de acuerdo con una u otra definición, si está claro que los conceptos de moral, ética y bioética están íntimamente relacionados. Sin embargo, aún quedan discusiones sobre sus significados, sus alcances y las prácticas relacionadas con estos. Nos interesa particularmente la bioética, que como «disciplina» todavía en desarrollo, cuyos límites siguen en constante debate, ocasiona definiciones tales como:

[En] la Reunión Internacional de Erice, Documento de Erice (Italia, 1991): La bioética tiene por finalidad el análisis racional de los problemas morales ligados a la biomedicina y de su vinculación con el ámbito del derecho y de las ciencias humanas. Dicha finalidad implica la elaboración de lineamientos éticos fundados en los valores de la persona y en los derechos humanos, con una fundamentación racional y metodológica científicamente apropiada. Tales lineamientos éticos tienen también por finalidad la de poder ser aplicados –por la orientación que se le dé-, además de la conducta personal, también al derecho que hay que formular y a los actuales y futuros códigos deontológicos profesionales. (Sgreccia, 1996, p. 37, citado en Molina, 2011, p.112)

Así mismo, se presentan discusiones que dan origen a neologismos tales como biomoral: “Esta consistiría en juzgar, desde el punto de vista de los valores y las normas compartidos por todos, las investigaciones tecnocientíficas proyectadas y aplicaciones propuestas” (Hottois, 2007, p. 25). En esta línea se define agente moral de la siguiente manera:

son los seres cuyo sufrimiento (en el sentido de ser objetos de las acciones de los agentes morales) permite o requiere una valoración moral. Otros aplican la denominación «paciente moral» de forma más restrictiva a aquellos seres que son objetos adecuados de atención moral directa y no son agentes morales. (Audi, 2004, pp. 910-911)

Y Estatus moral o Consideración moral:

Idoneidad de un ser para ser concebido como objeto apropiado de atención moral directa; naturaleza o grado de idoneidad de un ser para ser considerado como fundamento de demandas frente a los agentes morales; posición, rango o importancia moral de un (tipo de) ser […] La cuestión del status moral se refiere no sólo a si los seres cuentan en absoluto moralmente, sino también al grado en que cuentan. (Audi, 2004, pp. 910-911)

3. DATOS

La muestra poblacional fue de 122 personas; 57 hombres (46,72%) y 65 mujeres (53,28%), de la ciudad de Bogotá, con muestreo aleatorio, en una relación de hombre-mujer de 1:1,14 respectivamente.

Se utilizó un cuestionario autodiligenciado, con elementos cuantitativos y cualitativos, con preguntas cerradas y abiertas, que daban razón de: datos demográficos (sexo, edad, ocupación, nivel máximo de escolaridad, y ocupación); datos de opinión (el respeto a la autonomía individual como principio fundamental para la construcción de una sociedad pacífica; los tres principales elementos considerados como fundamentales en la construcción de una sociedad; y consideraciones sobre la situación en que se encuentra la sociedad a nivel ético); y datos de conocimientos-opinión (¿sabe qué son la moral, la ética y la bioética?, ¿qué considera que son la moral, la ética y la bioética?). Para el análisis de los datos se utilizó estadística para el uso de frecuencias, absolutas y relativas, promedios y tablas de contingencia, en tanto que permiten hacer análisis de variables cualitativas, con conversión a datos cuantitativos. Así mismo, se utilizó el método de Análisis de Datos Cualitativos, con uso de categorías deductivas e inductivas, para el cruce de información, y posterior análisis de la información cualitativa.

4. RESULTADOS

La participación en el estudio con relación hombres y mujeres fue de 1:1,14 respectivamente, para un total de 122 encuestados, que dieron como resultado a la pregunta ¿sabe qué es la moral?: 57,74% de forma positiva, 3,28% de forma negativa, 39,34% de tener alguna noción, y 1,64% que no respondió. En correspondencia, el 95,90% dio alguna definición de moral, mientras el 4,10% no la definió.

Los resultados a la pregunta ¿sabe qué es la ética?: el 58,20% respondió de forma positiva, el 5,74% de forma negativa; el 35,25% respondió tener alguna noción, y el 0,82% no respondió. En correspondencia, el 96,72% dio alguna definición de ética, mientras el 3,28% no la definió.

En cuanto a los resultados a la pregunta ¿sabe qué es la bioética?, se obtuvo que el 13,11% respondió saber qué es la bioética, el 63,39% respondió no saber; el 19,67% respondió tener alguna noción, y el 0,82% no respondió. De igual manera, el 53,28% dio alguna definición de bioética, mientras el 46,72% no la definió (Véase Figuras 1 y 2).

Figuras 1 y 2
Figura 1. ¿sabe qué es bioética? Figura 2. Personas que definen bioética
Figura 1. ¿sabe
qué es bioética? Figura 2. Personas que
definen bioética
Elaboradas por el autor

Respecto a las personas que respondieron qué es la moral, se obtuvieron los resultados de la Tabla 2, en la que se muestran las categorías y las frecuencias y porcentajes de participación correspondiente.

Respecto a las personas que dieron una definición de qué es ética, se obtuvieron los resultados de la Tabla 3, en la que se muestran las categorías, y las frecuencias y porcentajes de participación correspondiente.

Tabla 2
Tabla 2. Categorías inductivas de las definiciones de moral
Tabla 2. Categorías inductivas de las definiciones de moral
Elaborada por el autor

Tabla 3
Tabla 3. Categorías inductivas de las definiciones de ética
Tabla 3. Categorías inductivas de las definiciones de ética
Elaborada por el autor

Respecto a las personas que dieron una definición de bioética, se obtuvieron los resultados de la Tabla 4, en la que se muestran las categorías, y las frecuencias y porcentajes de participación correspondientes.

Tabla 4
Tabla 4. Categorías inductivas de las definiciones de bioética
Tabla 4. Categorías inductivas de las definiciones de bioética
Elaborada por el autor

Con referencia a las preguntas de conocimiento-opinión, las personas respondieron de la siguiente manera:

Tabla 5
Tabla 5. Elementos fundamentales en la construcción de una sociedad pacífica
Tabla 5. Elementos fundamentales en la construcción de una sociedad
pacífica
Elaborada por el autor

5. DISCUSIÓN

Los términos moral y ética son usados en la vida cotidiana por las personas del común, con regularidad, como parte de un vocabulario heredado (véase Cortina, 1998, pp. 41-42), lo cual pone en evidencia que un número similar de personas afirman que sí saben qué es moral y ética (57,74% y 58,20% respectivamente). De igual forma, tanto reconocer que tienen una noción o que no saben, significa que moral y ética se hallan en una relación de similitud (39,34% y 35,25% para el primero, y 3,28% y 5,47% para el segundo). E igual correspondencia tienen aquellos que dan una definición, un significado. 95,90% para moral, y 96,72% para ética.

A pesar de lo anterior, cabe notar que no sucede lo mismo con el concepto de bioética. Aunque el término haya sido acuñado desde 1970, este no ha permeado lo suficiente en la mente de las personas del común, lo cual se evidencia en que el 69,39% dice no saber qué es la bioética, mientras que entre los que dicen saber qué es o por lo menos tener alguna noción solo alcanzan a sumar 32,79% (13,11% y 19,67% respectivamente), menos de la mitad de los que dicen no saber. No obstante, es importante aclarar que 53,28% de los entrevistados se aventura a dar una definición de bioética. Empero, la revisión cuidadosa de las definiciones dadas por los participantes muestra que estas son guiadas por su relación etimológica, es decir, hacen la descomposición de la palabra en bios y ética, y así llegan a postular que es una ética relacionada con la vida, aunque no planteen claramente cómo es esto. Así mismo, 20,6% de las respuestas (la más alta) plantean que tiene que ver con el comportamiento que debemos tener hacia la naturaleza, hacia el medio ambiente. Adicionalmente, sólo 2,9% señala la relación entre el conocimiento científico y los valores morales; y 2,2% hablan de la relación ética y medicina.

Otra relación que hacen respecto a los términos moral, ética y bioética, es con el comportamiento que se tiene frente a sí mismo, al otro o al medio ambiente, desde valores morales, sean subjetivos, aprendidos o impuestos. A ello corresponden el 51,6% al concepto moral, 55,6% a ética, y 19,9% a bioética. En este último, se debe recordar que es superior el número de personas que no definen, a las que sí lo hacen.

En la comparación de significados entre moral y ética, se encuentra una relación de similitud de 1:1,1 respectivamente. En este caso, sólo se encuentra una disimilitud entre las definiciones dadas a moral y ética de 0,1; en un 9,1% de diferencia; lo que hace que se comprenda lo planteado por Adela Cortina: “las palabras “ética” y “moral”, en sus respectivos orígenes griego (ethos) y latino (mos), significan prácticamente los mismo: carácter, costumbre. Por eso está sobradamente justificado que la gente normal y corriente las utilicemos como sinónimos” (1998 pp. 41). Es decir, no se observa una notable diferencia entre un término y el otro a la hora de ser usado en el lenguaje cotidiano. Por lo tanto, no existe, o por lo menos es despreciable en las personas del común, la especificidad dada a los términos por parte de los teóricos, en especial desde el ámbito de la filosofía.

Los resultados se encuentran íntimamente ligados con la percepción que tienen las personas sobre la sociedad actual; estas consideran, en su mayoría, que ésta se encuentra en una situación regular (61,48%) en cuanto al nivel ético, al parecer porque se usa como sinónimo de moral. No obstante, cuando se pregunta sobre el papel del respeto a la autonomía individual el 65,57% de los entrevistados está de acuerdo con ejercer este deber-derecho como un valor fundamental en una sociedad. Y en correspondencia con ello, entre los valores más importantes para la construcción de una sociedad pacífica, se encuentra en primer lugar la justicia (15,3%), seguido por la autonomía-libertad (15%), y en tercer lugar se encuentra el respeto (10,1%). Los demás puestos se encuentran repartidos entre intimidad, fidelidad, perdón, misericordia, equidad, sinceridad, fe, tolerancia, responsabilidad, diálogo, integridad, inclusión, igualdad, dignidad. Sin embargo, los tres principales componentes, se corresponden con los principios o valores promulgados por la bioética.

6. CONCLUSIONES

Es evidente que la separación entre moral y ética, desde su teorización llevada a cabo por académicos, en especial por filósofos, no se encuentra de ninguna manera notable en la vida cotidiana; por cuanto en esta son sinónimos, en especial en el orden del juzgamiento de la correspondencia que existe entre la conciencia del bien y el mal por parte de las personas y su consecuente comportamiento.

Por otro lado, debido a la estructura de la palabra bioética es posible un acercamiento etimológico intuitivo: “ética de la vida”. Sin embargo, aún se encuentra bastante ignorancia hacia la existencia de la bioética por parte de los ciudadanos de a pie, sin importar que el término haya sido acuñado hace poco más de cuatro décadas. Por lo tanto, se hace evidente que deben hacerse mayores esfuerzos por sacar del “encierro academicista” en el cual se encuentra la bioética, en miras de lograr una de sus finalidades, a saber, poner en la palestra mundial una verdadera ética global. De igual forma, gracias a su composición etimológica, la primacía académica sobre la bioética que lleva a ser reconocida en cuanto “sinónimo” de ética biomédica no se reconoce en la vida cotidiana, en las personas del común. Esto lleva a sentir que así como ocurre con la academia, con la teoría, en la vida común aún existen límites difusos o en construcción de los alcances de la bioética.

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Notas

1 “Ethical values cannot be separated from biological facts. We are in great need of a Land Ethic, a Wild Life Ethic, a Population Ethic, a Consumption Ethic, an Urban Ethic, an International Ethic, a Geriatric Ethic, and so on. All… call for actions that are based on values and biological facts” (Potter, 1971, Prefacio, pp. VII-VIII).
2 “La bioétique de Potter correspond à ce que l’on nomme parfois aujourd’hui ‘macrobioéthique’; elle s’inquiète des problèmes de santé humaine compte tenu des environnements sociaux, culturels et naturels –écosystémiquesglobaux” (Hottois, 2011, p. 90)
3 «…il n’a absolument pas influencé l’histoire de la bioéthique qui comencé en 1970. Je ne nie pas l’existence d’une préhistoire qu’il est possible de faire remonter jusqu’à l’antiquité¿Æ»|” (Hottois, 2011, pp. 44-45).
4 “We believe the term “bioethics” denotes a broader meaning related to the study of the ethical, moral and social implications of the practice of medicine in all its aspects along with the social and ethical problems generated by new biotechnology and biomedical advances” (Jacoby, Liva & Siminoff, 2008, p. 5).
5 «Personnellement, j’ai abordé et pratiqué la bioéthique sous l’angle des questions associées à l’éthique biomédicale» (Hottois, 2011, p. 107)
6 «Définie comme une discipline, une science, une éthique, une sagesse, une multidiscipline…elle est science et plus que science. Elle est une science de la science ou de la régulation de la science» (Hottois, 2011, p. 91).
7 «Le projet initial de bioéthique a été, en quelque sorte court-circuité, par son identification à une éthique médicale revisitée mais pas à proprement parler élargie et complexifiée par la considération de la société globale et, surtout, de l’environnement naturel global, compte tenu de la démographie mondiale et de son style de vie (de consommation)» (Hottois, 2011, p. 96).
8 «Suivant Potter, Engelhardt insiste beaucoup trop exclusivement sur le principe d’autonomie à la base de l’éthique médicale qui ne considère que des individus et leurs relations interpersonnelles… Mais cela tient à sa vision (Potter) universaliste moderne qui inclut les valeurs de justice, de solidarité, d’égalité… Potter… droits et responsabilités individuelles» (Hottois, 2011, p. 98).

Notas de autor

* Ph. D. en Bioética de la Universidad El Bosque, Colombia. Magíster en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos de la Universidad Central, Colombia. Diseñador Industrial de la Universidad Nacional de Colombia. Estudiante de filosofía en la Fundación Universidad Autónoma de Colombia.

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