Artículo de investigación
Recibido: 21/02/2020
Aprobado: 13/05/2020
Gómez-León Marta-Cecilia
Moreno-Rangel Yenny-Patricia
Cárdenas-Serrato Patricia-Isabel
Velásquez Héctor-Ariel
Wilches-Gutiérrez José-Luis-Andrés
Objetivo: recopilar, resumir y analizar la producción científica actual sobre la violencia sexual infantil (VSI) en niños y adolescentes varones en el mundo entre el 2014 y el 2019. Método: se realizó una revisión integrativa de literatura mediante una búsqueda sistemática de estudios publicados entre el 2014 y el 2019 en PubMed, LILACS e IBECS. Resultados: se identificaron 990 referencias, de las cuales se seleccionaron 31 artículos para la revisión. La mayoría se realizaron en EE. UU. (n = 18) y otros países desarrollados; solo cinco provienen de países en desarrollo (Brasil, China, India, Jamaica y Suráfrica). Dieciocho estudios usaron metodologías cuantitativas; quince, de tipo transversal. Dos trabajos abordaron menores de 16 años como su población objetivo. Respecto a los objetivos y hallazgos principales, se identificaron cuatro temas recurrentes: caracterización de la VSI, efectos en salud de la VSI (salud mental, salud sexual, comportamientos de riesgo y violencia), revelación de la VSI y análisis de intervenciones terapéuticas. Entre los hallazgos más sobresalientes se refirió que la divulgación del evento constituye un factor protector en el fortalecimiento de la resiliencia frente al abuso. Conclusiones: la VSI genera un impacto negativo en diferentes dimensiones de la salud de la víctima, que trascienden a lo largo de su vida y se profundizan en la medida en que se prolonga el momento de la revelación de los hechos. Más investigaciones son necesarias, principalmente en regiones y países en vías de desarrollo
Objective: Collect, summarize, and analyze current scientific publications on Child Sexual Violence (CSV) in male children and adolescents worldwide between 2014 and 2019. Method: An integrative review was conducted using a systematic search of studies published between 2014 and 2019 in PubMed, LILACS, and IBECS. Results: Nine hundred and ninety references were identified, from which thirty-one articles were selected for the review. Most of the studies were conducted in the USA (n=18) and other developed countries; only five were conducted in developing countries (Brazil, China, India, Jamaica, and South Africa). Eighteen studies used quantitative methodologies; fifteen were cross-sectional. In two articles, children under 16 years were chosen as the target population. Regarding the main objectives and findings, four recurrent themes were identified: CSV characteristics, effects of CSV on health (mental health, sexual health, risk behaviors, and violence), CSV disclosure, and analysis of therapeutic interventions. Among the findings, the most outstanding was that the disclosure of the event is a protective factor for strengthening resilience against abuse. Conclusions: CSV has a negative impact on different dimensions of the victim's health that transcends throughout his life, and it deepens as the moment of disclosure is delayed. Further research is needed, especially in regions of developing countries
Objetivo: coletar, resumir e analisar a produção científica atual sobre violência sexual infantil (VSI) em crianças e adolescentes do sexo masculino no mundo entre 2014 e 2019. Método: foi realizada uma revisão integrativa da literatura por meio de uma busca sistemática de estudos publicados entre 2014 e 2019 no PubMed, LILACS e IBECS. Resultados: foram identificadas 990 referências, das quais 31 artigos foram selecionados para a revisão. A maioria foi conduzida nos Estados Unidos (n = 18) e em outros países desenvolvidos; apenas cinco provém de países em desenvolvimento (Brasil, China, Índia, Jamaica e África do Sul). Dezoito estudos utilizaram metodologias quantitativas; quinze, tipo transversal. Dois estudos abordaram crianças menores de 16 anos como população-alvo. Em relação aos objetivos e principais achados foram identificados quatro temas recorrentes: caracterização da VSI, efeitos da VSI na saúde (saúde mental, saúde sexual, comportamentos de risco e violência), revelação da VSI e análise das intervenções terapêuticas. Entre os achados mais destacados, foi colocado que a divulgação do evento constitui um fator de proteção no fortalecimento da resiliência contra o abuso. Conclusões: a VSI gera impacto negativo em diferentes dimensões da saúde da vítima, que transcendem ao longo de sua vida e se aprofundam à medida que se prolonga o momento da revelação dos fatos. Mais pesquisas são necessárias, principalmente em países e regiões em desenvolvimento
La violencia sexual infantil (VSI) es un fenómeno extendido globalmente, de alto impacto tanto a nivel individual como poblacional. Implica una multiplicidad de eventos que incluyen todas las formas de violencia relacionadas con la sexualidad. Según la OMS (8), el abuso sexual infantil (ASI) es
[…] la participación de un niño, niña o adolescente en una actividad sexual que no comprende completamente y a la que es incapaz de dar su consentimiento informado, o para la cual no está preparado[a] en su desarrollo y no puede dar su consentimiento, o que viola las leyes o tabúes de la sociedad.
El ASI puede ser sin contacto, con contacto y relaciones sexuales coitales, y con contacto mediante otros actos (v. gr. tocamientos). Puede ocurrir sin uso de la fuerza mediante manipulación (psicológica, emocional o material) y presentarse en una sola ocasión o de forma repetida, incluso durante largo tiempo (1).
La prevalencia global estimada de la VSI está entre el 7,6 % y el 8,0 % en hombres y el 15,0 % y el 19,7 % en mujeres (2,3,4,5); la VSI con intento de penetración o penetración alcanza el 3,0 % en hombres y el 9,0 % en mujeres (2). Según Stoltenborgh, van IJzendoor, Euser y Bakermans-Kranenburg (5), a nivel regional, la VSI muestra un patrón de mayor prevalencia entre mujeres, con excepción de Suramérica. Las menores prevalencias estimadas se presentan en Asia (4,1 % en hombres y 11,3 % en mujeres) y las mayores en África (19,3 % en hombres y 20,2 % en mujeres). En las Américas, Norteamérica muestra prevalencias similares a las globales (8,0 % en hombres y 20,1 % en mujeres); mientras que Suramérica registra similitud en ambos sexos (13,8 % en hombres y 13,4 % en mujeres), con una prevalencia en varones solo superada por la prevalencia en África (5). Estos autores sugieren que los estudios de prevalencia en Suramérica son insuficientes, lo cual obliga a multiplicar los esfuerzos regionales de investigación en esta materia (5).
En Colombia, según cifras del Instituto de Medicina Legal, durante el 2018 se realizaron 26.065 exámenes médico legales por presunto delito sexual con una tasa por cada 100.000 habitantes de 52,30 y un incremento de 2.267 casos con respecto al año anterior, siendo las mujeres las más afectadas. Por cada hombre víctima de presunto delito sexual se presentan seis mujeres víctimas (6).
Si bien la mayor prevalencia en mujeres puede deberse, ciertamente, a una mayor ocurrencia de VSI, se ha sugerido también un mayor subreporte de la victimización sexual entre los hombres debido a aspectos de género relacionados con la no revelación de los hechos por parte de las víctimas masculinas (5). Al respecto, la no revelación de la VSI en niños y adolescentes varones, o posteriormente en hombres adultos puede explicarse por el miedo o la vergüenza de las víctimas, la estigmatización de la victimización en hombres, los patrones machistas del entorno social y el predominio del paradigma de género que identifica a los hombres como perpetradores y no como víctimas de la violencia sexual (7).
Las experiencias de VSI entre los hombres establecen formas disfuncionales e inadecuadas sobre la percepción del cuerpo (8) y la sexualidad (9), con efectos a corto, mediano y largo plazo que incluyen trastornos psicológicos, físicos y conductas de riesgo en la vida adulta (10).
De forma contradictoria, el subreporte de la VSI masculina podría reflejarse en un menor interés en su investigación, manteniendo el fenómeno subrepresentado. Según Jamel, Bull y Sheridan (11), para los comienzos del siglo XXI, la investigación sobre VSI en varones acumulaba un retraso de varias décadas, comparada con la de VSI femenina. Si bien varias de las revisiones más tempranas sobre esta materia fueron desarrolladas en ese periodo (12,13,14), es necesario retomar y fortalecer estas iniciativas y dar continuidad a los esfuerzos investigativos para el abordaje, la comprensión y la visibilización de la VSI en varones. Así, el presente trabajo de revisión tuvo como propósito recopilar, resumir y analizar la producción científica reciente sobre la VSI en niños y adolescentes varones en el mundo entre el 2014 y el 2019
Para el presente trabajo se desarrolló una revisión integrativa de la literatura para responder a la pregunta ¿cómo se ha abordado la VSI en niños y adolescentes varones en investigaciones recientes? Dichas revisiones recopilan y analizan estudios sobre un tema de interés con el fin de brindar mayor profundidad, obtener nuevas conclusiones y guiar futuras investigaciones (15,16). Este tipo de revisión tiene seis etapas: definición del problema, búsqueda de referencias, selección de estudios, caracterización de estudios, análisis y discusión de resultados, y presentación integrativa (16), etapas que fueron rigurosamente seguidas en esta revisión.
La búsqueda sistemática de la literatura en salud se ajustó al periodo correspondiente a los meses de junio y julio de 2019, en PubMed, LILACS (latinoamericana) e IBECS (española); estas dos últimas, a través del motor de búsqueda BIREME (PaHO-Virtual Health Library). Para la estrategia de búsqueda, se usaron dos grupos de descriptores en inglés: primero, “boys”, “male adolescent” y “male child”; y segundo, “sexual violence”, “sexual abuse”, “sexual aggression”, “sexual abuse survivor”, y “sexual exploitation”. Dado el alto número de referencias arrojadas por la búsqueda en PubMed, se incluyeron como términos de exclusión “girls”, “female adolescent” y “female child”.
Luego se seleccionaron artículos originales publicados entre el 2014 y el 2019, que abordan la VSI en niños y adolescentes varones en cualquiera de sus tipologías (incluyendo abuso sexual, acoso sexual, asalto sexual, explotación sexual comercial o agresión sexual). Se excluyeron artículos sobre violencia sexual en adultos o VSI en niñas y mujeres adolescentes; también estudios desde la perspectiva del perpetrador (sex offenders) en los que se abordaba la VSI de forma secundaria, como antecedente en el ciclo de violencia víctima-victimario. En general, se desestimaron artículos que tratan de forma secundaria la experiencia de abuso sexual durante la infancia o adolescencia masculinas. Fueron descartados también estudios de caso y publicaciones que no corresponden a estudios primarios. Para el proceso de selección se filtraron primero las referencias basadas en títulos y resúmenes, luego los artículos con textos completos, y la selección final se basó en la lectura del texto completo (véase Figura 1).
Finalmente, para la revisión y síntesis del contenido de los artículos seleccionados, se establecieron las siguientes categorías mediante una matriz de análisis: país del estudio, objetivo general de investigación, metodología, población y tamaño muestral, y hallazgos principales sobre VSI en niños y adolescentes varones (véase Anexo 1).
Se identificaron 990 artículos en las búsquedas iniciales, de los cuales se seleccionaron 31 estudios (véase Figura 1). La tabla 1 resume las características principales de los artículos incluidos en la revisión.
Características | Explicación | n° | Porcentaje (%) |
País de publicación | Estados Unidos | 18 | 58 |
Canadá | 3 | 10 | |
Nueva Zelanda | 2 | 6 | |
Otros países | 8 | 26 | |
Metodología | Cuantitativa | 18 | 58 |
Trasversales | 15 | 48 | |
Longitudinales | 3 | 10 | |
Cualitativa | 12 | 39 | |
Entrevistas | 10 | 32 | |
Análisis secundarios de datos cualitativos | 2 | 6 | |
Mixta | 1 | 3 | |
Población objetivo | Hombres y jóvenes (+ = 16 años) | 18 | 58 |
Hombres que tienen sexo con hombres (HSH) | 11 | 35 | |
Niños y adolescentes (- 16 años) | 1 | 3 | |
Hombres bisexuales | 1 | 3 | |
Tamaño de muestra | Cuantitativos (n=18) | - | - |
- 200 | 5 | 16 | |
200-1000 | 9 | 29 | |
> 1000 | 4 | 13 | |
Cualitativos (n = 12) | |||
- o igual a 20 | 7 | 23 | |
+ 20 | 5 | 16 | |
Mixto | 1 | 3 | |
Cuantitativo = 11.788 | |||
Cualitativo = 362 |
La mayoría de las investigaciones se realizaron en países desarrollados, principalmente, Estados Unidos (17-26, 27-31, 33-34) y solo cinco en países en desarrollo (Brasil, China, India, Jamaica y Suráfrica) (32, 35-38). La mayoría fueron cuantitativos (n = 18), de tipo transversal (n = 15). Entre los cualitativos (n = 12), la mayoría desarrolló entrevistas semiestructuradas o a profundidad (n = 12). Solo dos trabajos abordaron menores de 16 años como su población (35, 37). Respecto a los objetivos de investigación y hallazgos principales, se identificaron cuatro temas recurrentes: caracterización de la VSI, efectos en salud de la VSI, revelación de la VSI y análisis de intervenciones terapéuticas. En el anexo 1 se presenta las características específicas de cada uno de los estudios seleccionados
Cinco estudios describieron la VSI (características de la víctima, del perpetrador y del evento de VSI); cuatro, de forma retrospectiva, a partir de cuestionarios a sobrevivientes en la edad adulta (32, 36, 38-39); y uno, mediante la revisión de registros del sistema local de notificación de violencia (35). En relación con la edad, los estudios observaron una mayor ocurrencia de eventos de VSI entre los 7 y los 14 años (35, 38,39); las primeras experiencias traumáticas se presentaron desde los 2 años (35) hasta el final de la adolescencia (38). Algunas de las investigaciones identificaron condiciones de vulnerabilidad de las víctimas asociadas con situaciones de discapacidad (35) y comportamientos no conformes con la identidad sexual (36, 38). Acerca del perpetrador, los estudios observaron una ocurrencia mayoritaria de hombres (predominantemente, adultos), y en menor proporción, de mujeres y perpetradores de ambos sexos (35, 38-39). De forma predominante, los perpetradores mantenían una relación de superioridad por edad o autoridad, dado su estatus en la familia o la comunidad (36, 38-39).
En relación con los eventos de VSI, la investigación de Tomori y otros (36), en India, encontró una prevalencia general de VSI en varones del 22,4 %, con diferencias por áreas geográficas y pertenencia a grupos particulares. Sobre el tipo de VSI, los estudios observaron un mayor reporte de VSI de contacto, principalmente, con actividades penetrativas orales y anales; en menor frecuencia, otras formas de VSI como acoso sexual, pornografía infantil y explotación sexual específicamente (35, 38,39). Por el contrario, el trabajo de Xu, Zheng y Zheng (32), en China, identificó mayor VSI sin contacto entre los jóvenes. En cuanto a la recurrencia de los eventos, los estudios observaron una mayor ocurrencia de VSI en más de dos episodios (35,36, 38), así como VSI mantenida durante años (36, 39). El estudio de Lyons y Romano (39) categorizó la VSI en tres perfiles según su severidad según el nivel de contacto: severe, more severe y most severe; esta última, la de mayor frecuencia (41 %) y mayor asociación con otros tipos de violencia y síntomas traumáticos. Tanto en los reportes de los sobrevivientes como en los registros de notificación de los eventos, se señaló la VSI intrafamiliar como la forma predominante, en contraposición con la violencia sexual extrafamiliar o combinada (intrafamiliar y extrafamiliar) (35-36, 38-39)
La mayoría de los artículos se enfocaron en los impactos de la VSI (n = 22) en varias dimensiones: salud mental, salud sexual, comportamientos de riesgo y violencia. Varios estudios encontraron asociaciones entre la VSI con distrés mental, estrés postraumático y estrés crónico (17-18, 21, 24, 29); síntomas psiquiátricos en la adolescencia (23); síntomas depresivos, depresión mayor e ideación suicida (21, 24, 29, 40); y alteraciones en el desarrollo de la identidad en varios dominios (psicológico, relacional, de género, aspiracional y espiritual) (41).
Adicionalmente, varias investigaciones evidenciaron variaciones en los efectos en salud mental asociadas a las características de la victimización: tiempo de exposición a la VSI (asociado con severidad del estrés postraumático, evitación y desconexión conductual) (28); tiempo transcurrido después de la VSI (mediado por el apoyo social como factor protector); y tipo de la VSI (asociado con familiaridad del abusador, uso de fuerza o violencia física, penetración, miedo intenso y ocurrencia en la adolescencia) (17, 21, 39). Igualmente, Payne y otros (19) identificaron variaciones entre los efectos en salud mental y los contextos culturales y étnicos, al encontrar diferencias entre muestras de hombres latinos, de raza negra y caucásicos.
Algunos estudios encontraron que las mismas condiciones de salud mental asociadas a la VSI mediaban la aparición de impactos adicionales. Por ejemplo, uno halló que la sensación de “gran fuerza de autodestrucción” (como constructo relacionado con aspectos como negligencia en el autocuidado, baja autoestima, vergüenza, soledad, desprecio por el ser humano y autodegradación) mediaba la relación entre VSI e ideación suicida (40). Otro determinó que condiciones como la revictimización sexual, la disociación peritraumática y el estrés postraumático actuaban como mediadores entre la VSI y la severidad de las condiciones asociadas con el VIH (20).
Varios trabajos identificaron asociaciones entre el antecedente de VSI, comportamientos de riesgo y efectos en salud sexual. Estos incluyen la ocurrencia de VIH (20, 31-32), la adherencia a antirretrovirales (36) y efectos sindémicos negativos (incluyendo coocurrencia de riesgo de VIH, uso de sustancias y violencia de pareja) (31). Varios estudios determinaron asociaciones con comportamientos de riesgo como el uso de sustancias psicoactivas (19, 21, 31), consumo excesivo de alcohol (27, 31), mayor número de parejas sexuales (31), y trabajo sexual y otras conductas sexuales de riesgo (29, 31, 36).
Finalmente, algunos artículos refirieron impactos específicos relacionados con la revictimización por violencia sexual y la mayor vulnerabilidad a sufrir violencia de pareja (18, 20, 31). Uno de los estudios se enfocó en el ciclo de violencia víctima-perpetrador, identificando asociaciones entre el antecedente de VSI y la poliperpretación entre estudiantes universitarios (26). Por su parte, el trabajo de Lambie y Johnston (42), enfocado en explorar los factores que evitan el ciclo de violencia víctima-perpetrador, encontró entre los sobrevivientes factores como la empatía hacia las víctimas, la moralidad y la ausencia de deseo de sexual relacionado con la potencial perpetración
Varios artículos abordaron explícitamente la revelación de la VSI, definida en uno de ellos como el proceso interpersonal de contar a otra persona sobre el abuso sexual (17). La divulgación se ha identificado como un componente crítico de la recuperación después del abuso pues favorece la salud mental del sobreviviente a lo largo del curso de la vida (10, 17, 32-33, 38, 40, 43-44).
En diferentes estudios se evidenció que había transcurrido un largo periodo desde el evento de VSI hasta su revelación, incluso prolongándose hasta una edad muy avanzada. En tres trabajos se observó que varios de los participantes habían revelado la VSI por primera vez en el mismo contexto de su participación en la investigación (36, 38, 44). Romano, Moorman, Ressel y Lyons (10) observaron que cerca del 80 % de los participantes en su estudio habían revelado la experiencia de ASI en promedio después de quince años del evento.
Algunas investigaciones identificaron factores asociados a la demora en la revelación: los estereotipos negativos hacia la víctima, los sentimientos de vergüenza o culpa (43); la posibilidad de que no les creyeran, el temor hacia el abusador (38); el temor de enfrentarse a rumores o al daño a la reputación, las dudas sobre la reacción de los padres, la desconfianza en recibir ayuda, todo esto, relacionado con el encubrimiento a los perpetradores por su estatus en la comunidad (por ejemplo, al ser referentes educativos-religiosos o cercanos a la familia) (44). Otras identificaron como obstáculos las normas de género tradicionales que explican condiciones entre las víctimas, como la identidad masculina deteriorada, la internalización de la homofobia y el estigma (17), así como el silencio emocional asociado al rol masculino (40). Todo esto se suma a la falta de servicios de apoyo y de capacitación entre proveedores de atención médica (17). En este sentido, los estudios encontraron asociaciones entre el mayor tiempo transcurrido para la revelación y problemas de salud mental como distrés mental y depresión (17, 33, 40); y comportamientos de externalización del distrés mental como las conductas agresivas y la ruptura de reglas y también de internalización del dicho distrés al presentar quejas somáticas (10).
La revelación de la VSI es un proceso a menudo complejo y doloroso, desafiante para las víctimas (44). Un estudio observó que la decisión de los sobrevivientes de revelar surgía al asimilar la VSI como una experiencia también sufrida por otros hombres y no exclusivamente por ellos; por ejemplo, al conocer casos de VSI revelados por figuras públicas (43). Finalmente, algunos estudios reportaron que los sobrevivientes experimentaban un gran sentimiento positivo tras la revelación (40, 43) y que, en su gran mayoría, recibían apoyo de su red cercana tras haberlo hecho (10). En menor proporción, algunos sobrevivientes recibieron respuestas negativas de sus familiares o personas cercanas (43).
Cuatro artículos se centraron en las intervenciones terapéuticas a víctimas de VSI masculina, con predominio de enfoques cognitivo-conductuales basados en terapias grupales masculinas y en aspectos como la motivación en la participación (22, 30, 45-46). Uno de los estudios encontró que los puntos de inflexión en la vivencia posterior a la VSI, relacionados con la revelación del ASI y la búsqueda de justicia, son determinados por factores como las relaciones entre las víctimas y los grupos o profesionales de apoyo, el insight y los nuevos significados, la transformación espiritual y la necesidad de cambio, y la comunicación orientada hacia la acción (22). Otra investigación identificó la motivación como parte fundamental de la participación de las víctimas en la terapéutica, así como la conexión con los proveedores de salud y el cambio de pensamiento sobre el abuso; también estableció como obstáculos en la búsqueda de tratamiento el estigma, las barreras de acceso y la falta de compromiso por parte de los profesionales de salud (45). El estudio de Taylor, Goshe, Marquez, Safren y O’Cleirigh (30) examinó la relación entre la terapia cognitivo-conductual y la reducción del estrés postraumático asociado con el ASI; encontró que esta terapéutica mejoraba los comportamientos de autocuidado, particularmente, que la motivación para participar en terapias de ayuda favorece la reducción de comportamientos de riesgo en el ámbito de la sexualidad. Finalmente, otra investigación reportó que en la aceptación de los grupos de ayuda es fundamental la atmósfera de grupo, la motivación y el aprendizaje, y de forma destacada la búsqueda temprana como parte fundamental para estabilizar el trauma (46).
La presente revisión se suma a las ya publicadas acerca del tema de VSI en niños y adolescentes varones (12-14), incluyendo una revisión del 2018 sobre explotación sexual infantil de niños varones (47), y las actualiza. Igualmente, complementa las revisiones sobre VSI en víctimas de ambos sexos, enfocadas en la ocurrencia de la VSI a nivel global (2-3, 55, 48), la revelación de la VSI (49) y la resiliencia entre las víctimas (4).
En esta revisión, la mayoría de investigaciones seleccionadas fueron realizadas en países desarrollados y solo cinco en países en desarrollo. Uno de los estudios, en India (36), identificó prevalencias por área geográfica y grupos culturales –de diversa orientación sexual– mucho mayores a las estimadas para la región asiática. Esto soporta la necesidad de investigaciones focalizadas en zonas que por sus condiciones socioeconómicas, culturales y políticas (con conflictos internos) puedan constituirse como de mayor riesgo para la ocurrencia de VSI en varones. Solo se incluyeron dos investigaciones de Latinoamérica y el Caribe (LAC) publicadas desde el 2014 (35, 38), específicamente en Brasil y Jamaica. El número limitado de estudios en esta región contrasta con su relevancia en salud pública. Según Stoltenborgh, van IJzendoor, Euser y Bakermans-Kranenburg, Suramérica es la única región del mundo en la que las prevalencias estimadas de VSI por sexo son similares y es la segunda región con la mayor prevalencia de VSI en varones después de África (5). Son necesarias más investigaciones sobre VSI en niños y adolescentes varones en regiones en desarrollo, principalmente en LAC, para una mayor comprensión del fenómeno en estos contextos.
También se evidencia una predominancia de estudios cuantitativos transversales y solo tres longitudinales; estos últimos buscaron identificar los efectos causales o moderadores de factores como la expresión infantil de género (23), las vulnerabilidades sociales y personales (37) y el apoyo social (34). Se requieren más estudios longitudinales para profundizar en los factores predictores y protectores que informen el diseño de intervenciones de prevención y detección/atención temprana de la VSI en varones.
Los estudios transversales, así como los estudios cualitativos revisados, se basaron principalmente en autorreportes de VSI por los participantes. Esto tiene dos implicaciones fundamentales: en primer lugar, el autorreporte en el contexto de la participación en los estudios se relaciona con la oportunidad de la revelación del evento, como se observó en algunos de los artículos revisados (36, 38, 44). Los datos obtenidos por autorreporte pueden revelar mayores prevalencias de VSI masculina (5). Según Alaggia, Collin-Vézina y Lateef, una de cada ocho personas informan, en el marco de una investigación, haber experimentado VSI; mientras que las estimaciones oficiales solo reportan un caso de VSI por cada 250 niños (49). En segundo lugar, el autorreporte de VSI se basa en los recuerdos, lo cual puede implicar limitaciones por el sesgo de memoria (50) o por el impacto del traumatismo de la VSI en la memoria (amnesia postraumática) (51). Futuras investigaciones deberán considerar las oportunidades del autorreporte para la revelación de la VSI entre los participantes de los estudios, pero también sus limitaciones, dado el tiempo transcurrido entre la revelación y el evento de VSI.
La revelación de la VSI en los hombres es un tema central y recurrente en los estudios revisados (10, 17, 22, 38, 40, 43-44, 52). Este proceso, más tardío entre los hombres que entre las mujeres (43), es multifacético y complejo, y está influenciado por factores que se cruzan a lo largo de la vida del sobreviviente (49, 53). Los obstáculos para su realización incluyen aspectos personales e interpersonales (17, 22, 33, 38-39, 43-44). En particular, la masculinidad es principal en la determinación del silencio emocional y el reforzamiento de la idea de culpabilidad por la VSI (38, 40, 43). Otros aspectos que determinan la revelación incluyen la trayectoria de la revelación –no necesariamente lineal (33, 54) –; la forma en que se da (33); la influencia de factores externos, como el ejemplo de figuras públicas que han divulgado sus propias experiencias traumáticas (43); y, en general, la importancia del reconocimiento social del problema para promover la revelación masculina (43, 51, 55). Varios estudios soportan la necesidad de la revelación para detectar e interrumpir la VSI de forma temprana (33) y el inicio de la intervención terapéutica en los sobrevivientes (10). La divulgación conlleva reacciones y efectos en los sobrevivientes y en su red cercana (43). En general, los relatos e historias de revelación de la VSI se definen como experiencias positivas, con sentimientos de satisfacción (40, 43), y con gran impacto protector para reducir problemas mentales (33). Sin embargo, también se ha señalado que puede originar problemas, como conflictos familiares o aumento en la ansiedad (35v, 43). En general, se hace necesario continuar las investigaciones sobre los factores involucrados en la revelación, de manera que permitan comprender tanto las barreras en el momento del evento de VSI, como aquellas posteriores para la revelación a lo largo de la vida del sobreviviente, las condiciones que facilitan el momento en que se realiza, y el impacto de la divulgación en el bienestar del sobreviviente; y de esta forma, que informen el desarrollo de estrategias de prevención, detección y atención oportuna en los menores y en los sobrevivientes adultos (17, 56)
Ninguno de los autores presenta conflictos de interés